Ranas y sapos
Las ranas y sapos representan el 88% de los anfibios existentes. Los anuros adultos son fácilmente reconocibles por la ausencia de cola, y por el largo tamaño de sus extremidades y boca en relación a su cuerpo. Al estar estrechamente relacionados con el agua, muchos son bioindicadores del buen estado de fuentes hídricas, aunque algunas especies pueden tolerar ciertos niveles de contaminación [1].
Actualmente se conocen unas 7,645 especies de anuros, y muchas nuevas especies son descritas cada año. Se distribuyen en casi todo el mundo, excepto en regiones con condiciones climáticas extremas. Los miembros del orden Anura presentan una gran variedad de modos reproductivos. La mayoría presentan fertilización externa, proceso que ocurre durante un contacto cercano y prolongado entre macho y hembra, llamado amplexo [1].
Muchas ranas y sapos pasan por un estado larval de desarrollo, durante la cual son conocidos como renacuajos. En esta etapa carecen de dientes, pero la mayoría tienen mandíbulas keratinosas con dentículas que usan para romper su alimento.
Hemos registrado 1 familia del orden Anura en los Farallones del Citará.
Referencias
Ver Referencias[1] Pough, F. (2016). Herpetology (4th ed.). Massachusetts, Sinauer Associates
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