Contenido

24 de enero de 1972

Sin rastros del avión de Satena

BETANIA, Antioquia, 23. (Por Jaime González Restrepo). Sesenta horas después de la desaparición de un avión de SATENA, con 34 personas a bordo (entre ellas el obispo de Buenaventura, monseñor Gerardo Valencia Cano) las más inverosímiles versiones sobre la suerte corrida por la nave continuaban sacudiendo a esta fría población del suroeste antioqueño.

Esta noche, los sacerdotes Vicente Mejía y Alfonso Gil, del denominado Grupo de Golconda, y quienes hacen parte de las comisiones de rescate, informaron al alcalde de Betania, Jorge Restrepo Vélez, que a las 5 y 30 de la tarde observaron aves de rapiña sobre el cerro de la “Z”, en jurisdicción de los municipios de Ciudad Bolívar y San Juan del Atrato, en los límites con el Chocó. Los religiosos, quienes estaban acompañados de un señor de apellido Galeano, avistaron varios buitres cuando volaban en círculo sobre una hondonada de 200 metros de profundidad.

Otras personas, a su turno, aseguraron haber visto pedazos de latas, al parecer pertenecientes a las alas de un avión. Todas estas versiones, sin embargo, no fueron confirmadas por las autoridades. En las primeras horas de hoy lunes, un helicóptero de la FAC inspeccionará la zona en mención para verificar las informaciones anteriores. El alcalde dijo que para llegar a ese sitio debe hacerse un recorrido de 60 kilómetros por entre selvas y peñascos, lo cual determinaría una jornada de por lo menos ocho días.

300 personas buscan en la selva nave de “Satena”

BETANIA, 23. (Del enviado especial, Jaime González Restrepo). La suerte corrida por treinta y cuatro pasajeros que viajaban en el avión DC-3 661 de Satena, perdidos desde el viernes en los límites entre Antioquia y Chocó, continuaba siendo un misterio. Pese a todos los esfuerzos hechos por los helicópteros de la Fuerza Aérea, de Helicol y aviones de la Patrulla Aérea Civil, hasta el momento no se ha podido localizar rastros de la nave, en la vertiente de la quebrada la “Bramadora” y el río Pedral, en los empinados farallones del Citará, a más de diez mil pies de altura, en la cordillera Occidental colombiana.

Desde esta apartada población, una de las más ricas del departamento de Antioquia y centro nervioso de la industria cafetera, se han despachado numerosas comisiones de rescate, para tratar de llegar hasta el propio sitio señalado por el labriego José de la Cruz Serna Flores, quien afirma a pie de juntilla, que escuchó un estrellón y luego una fuerte explosión.

El alcalde, Jorge Restrepo Vélez, informó a EL TIEMPO que por lo menos trescientas personas, entre civiles, militares y clérigos, se han internado en la zona más abrupta de los farallones del Citará, tratando de ubicar señales que permitan llegar hasta el avión de Satena perdido en esa región desde las diez y 19 minutos del viernes de la pasada semana, sin lograr resultados positivos.

Sacerdotes_habitantes_Betania1972
Varios sacerdotes, llegados desde Buenaventura para inquirir por la suerte de monseñor Valencia Cano, dialogan con moradores y autoridades de la región. (Foto para EL TIEMPO).

Desaliento

Las autoridades militares que han colaborado desde el mismo momento en que se tuvo conocimiento sobre la posibilidad de que el avión de Satena se encontrara es estrellado en una de las laderas del Citará, se han mostrado desalentadas en las últimas horas. Decenas de familiares de quienes viajaban en la nave militar, que han llegado a esta población de 17 mil habitantes, aún abrigan esperanzas de que el avión sea encontrado.

Los campesinos y baquianos de más veteranía en la región, conversando con este enviado especial, afirmaban que es poco probable que se pueda llegar por tierra hasta el sitio en donde pudo caer el avión. “Es una zona muy montañosa y selvática, muy brava mi don“, dicen labriegos y cazadores de esta parte de Antioquia.

Contradicciones

Hasta el momento, el balance realizado por las autoridades, fundamentadas en decenas de versiones y conjeturas desfavorables, no permite abrigar esperanzas de encontrar el avión de Satena extraviado con treinta y cuatro pasajeros a bordo. Informaciones suministradas por campesinos y hacendados de la zona montañosa colindante con los farallones del Citará, son contradictorias y han desconcertado a las autoridades que coordinan las labores de exploración y posterior rescate de las posibles víctimas del accidente aéreo.

Pese a esta situación, cualquier información por nimia que sea, es comprobada por las autoridades militares y civiles.

Colaboración

Jorge Restrepo Vélez, alcalde de este municipio de la zona suroeste del departamento, se mostró agradecido con las autoridades militares y con miembros de la población civil que han prestado toda su colaboración en las labores que se han desplegado hasta el momento.

Todos los campesinos conocedores de la zona montañosa en donde puede encontrarse el avión, se han ofrecido para orientar a las distintas comisiones que han salido de esta población. Desde el municipio de Bolívar, al lado opuesto de Betania, también se organizó una comisión de exploración y de rescate por tierra, la cual pudo llegar hasta cercanías del cerro “El Venado”, en una de las partes más empinadas de los farallones del Citará.

Esta comisión se extravió y otra que salió ayer a las diez y media de la mañana desde este distrito la localizó en una hondonada de la “Cuchilla” de la montaña.

Los integrantes de la comisión de Bolívar hacían señales con pañuelos blancos y pedían auxilio, motivo por el cual el cabo de la policía que comandaba la patrulla enviada desde esta población en busca del avión de Satena, informó al alcalde que había encontrado sobrevivientes, lo cual produjo el revuelo de toda la población civil que, entusiasmada, comenzó a organizar partidas para llegar hasta el sitio en el cerro de El Venado. Esta versión se desmoronó horas más tarde, cuando se informó que eran integrantes de la comisión de Bolívar.

Señal de duelo

Esta población, de ordinario alegre y bulliciosa, se tornó en las últimas horas sombría y silenciosa, ante los inequívocos síntomas de una tragedia de grandes proporciones que quizá demore mucho tiempo para verificarse completamente. Los propietarios de establecimientos públicos, sin petición oficial, apagaron pianos y pianolas, demostrándole así a los familiares de los pasajeros del avión Satena su solidaridad en esta hora trágica.

Toda su población ha ofrecido su acogida a los familiares de los viajeros del avión DC-3 de Satena, quienes fueron albergados en residencias particulares, ante la carencia de hoteles y hospedajes apropiados.

Infructuosa tarea en la “Bramadera”

BETANIA, 23. (Del enviado especial, Jaime González Restrepo). – Un grupo de veinte jóvenes de esta localidad, fue el primero en llegar hasta el sitio de “La Bramadora”, para confirmar la información suministrada por el labriego José de la Cruz Serna Flórez, quien afirmó haber escuchado un estrellón y luego una tremenda explosión por ese lugar. Varios de los jóvenes que regresaron en la mañana de ayer, después de haber permanecido en el monte por espacio de doce horas, relataron que no habían localizado nada.

Confían en que Monseñor Valencia Cano está vivo

BUENAVENTURA, 23. (Por Hernán Caicedo Cáceres). Al completarse más de dos días de la desaparición de una nave de Satena, renace la esperanza de que monseñor Gerardo Valencia Cano, vicario apostólico del puerto, se encuentre con vida. Las gentes del puerto tienen la confianza de que el prelado se halle en algún lugar del departamento de Antioquia o del Chocó, porque no se da crédito a que la nave aérea haya estallado en el aire.

Aquí se vive a la expectativa de las labores que realizan las expediciones enviadas desde Medellín, Betania y de este puerto (bomberos voluntarios y del terminal) para dar con el paradero de las víctimas del DC-3. Gran muchedumbre espera en la iglesia Catedral de San Buenaventura, como en sus casas reunidas, los últimos informes sobre las labores de salvamento, pero se nota que los porteños tienen la seguridad de que monseñor Valencia Cano se encuentra con vida.

Lanceros se suman a la búsqueda

BETANIA, 23 (Por Jaime González Restrepo). Una patrulla de Lanceros del Ejército colombiano salió en las últimas horas de la tarde de ayer, para tratar de llegar hasta el lugar donde se encuentran los restos del avión de Satena, si realmente se accidentó en este lugar del departamento de Antioquia. A última hora se informó que los vaquianos abandonaron al grupo de lanceros que buscan el avión FAC-661 de Satena. Los guías regresaron a Betania y se teme por la suerte del grupo de veinte lanceros.

El padre Múnera había sido herido

3_ocupantes_avion_Satena_1
Tres de los ocupantes del avión HK-661 de Satena

BETANIA, 23 (Por Jaime González Restrepo). El sacerdote Francisco Eutimio Múnera, de 55 años de edad, quien figura entre los ocupantes del avión de Satena, había resultado herido, el 9 de abril del año pasado, de varios impactos de escopeta, cuando trataba de defender a un amigo suyo.

En su cuerpo quedaron introducidos 300 balines de escopeta, 199 de los cuales fueron extraídos en una operación quirúrgica. Múnera, párroco de la población de Andagoya (Chocó) había ido a Medellín, con el propósito de recoger fondos destinados a la construcción de la capilla de esa localidad.

El prelado es uno de los antiguos misioneros javerianos del país, y fue ordenado hace 33 años. Se desconocen los pormenores del incidente en que se vio involucrado en esa población, y que casi le cuesta la vida. Ahora, las gentes de Andagoya han exteriorizado su profundo pesar por la desaparición de Múnera, quien gozaba de gran estimación en todos los círculos. Dos hermanos del sacerdote abrazaron también los hábitos religiosos, así como dos hermanas.

Agentes viajeros

Otra de las víctimas del avión de Satena, fue Javier Emilio Beltrán, de 37 años de edad, soltero y natural de Medellín. Era agente viajero de la cacharrería “El Otún”. Su familia dijo que todavía no se perdía las esperanzas de que se encontrara vivo. Con Beltrán viajaba otro agente viajero, Francisco Arias, de 30 años y casado con la señora Rossa Amelia Madrid. Arias era padre de cuatro niños, de siete, cinco, cuatro y tres años de edad. Era hijo de Jesús Arias y Ana Rosa Jaramillo, matrimonio del cual hay 13 hijos más.

Mal tiempo obstaculiza operaciones

BETANIA, 23. (Del enviado especial Jaime González R.). Las labores exploratorias del terreno montañoso en donde se presume puedan estar los restos del avión de Satena, no han podido ser realizadas durante el día de hoy por los helicópteros de la FAO y Helicol y los aviones de la fuerza aérea, debido al pésimo estado del tiempo.

A última hora gerente de Barnes tomó avión de Satena

Entre las víctimas del accidente aéreo del avión DC-3 de la empresa Satena, cuya nave con 36 personas a bordo se estrellara el viernes pasado cerca de la localidad de Betania, cuando cubría el itinerario Medellín – Bogotá, figura Alberto Mario Frattini, quien viajaba como invitado especial por el director de la FAO en Colombia, Pierre Giovani Brunore, que según fuentes confirmadas pereció en el siniestro aéreo.

Alberto Mario Frattini, gerente general de la fábrica de motobombas Barnes de Colombia, no aparece en ninguna lista oficial ni en las listas de pasajeros de la empresa Satena, debido a que su cupo de vuelo le fue expedido alrededor de las 8 y 30 de la noche del jueves.

Frattini, de nacionalidad italiana, nacido en Brosseto, Italia, había cumplido 49 años el pasado 19 de enero. Estaba radicado en Colombia desde hacía 11 años, como gerente y socio de Barnes de Colombia. Graduado de Ingeniería de Washington States, casado con la señora Ernestine Nocvy, nacida en Austria, y de cuyo enlace quedan tres hijos. Tomás, Roberto y Ricardo de 16, 14 y 6 años respectivamente.

El fallecimiento de Frattini, ha sido muy lamentado en todos los círculos sociales, debido al gran aprecio y estimación a la que era acreedor por todos sus amigos y familiares. Además de su vida de industrial era asiduo aficionado a la pesca y la cacería. Estaba afiliado al Club Rotario de Chapinero, como también era socio del Club Los Lagartos. Conocía casi todo el mundo, debido a los continuos viajes en vía de estudios y trabajo, relacionados con su profesión.

Búsqueda

BETANIA, 23. (Del enviado especial, Jaime González Restrepo). – La búsqueda del avión DC-3 661 de Satena, extraviado desde el viernes en lo más empinado de la montaña, El Farallón del Citará, entre Antioquia y Chocó, fue suspendida este domingo por las comisiones terrestres.

La suspensión de las labores que habían iniciado desde el sábado a las 10:30 fue dispuesta hoy por las autoridades civiles y militares, debido al pésimo estado del tiempo reinante. La intensa lluvia, acompañada de un frío infernal, no ha permitido la movilización de los tres centenares de personas que ahora buscan el avión por tierra.

A los rigores del tránsito por una selva selvática [sic] y abrupta, se han sumado los del pésimo estado del tiempo.

Fieras

Igualmente se han tomado ciertas medidas para guardar la seguridad de quienes colaboran en la labor de rescate, por la abundancia de fieras y otras alimañas que presenta El Farallón del Citará. Se informó que en los parajes cercanos al sitio en donde se presume cayó el avión, vive una especie de oso negro de mucha ferocidad. Las víboras también se han convertido en un serio peligro para los comisionarios.

¿Te gusta nuestro trabajo? Apóyanos en Patreon para ayudarnos a seguir creando más:

Haz click 👉 aquí para ver otras formas de apoyarnos

Comparte: