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2 de febrero de 1972

Llega grupo de rescate

MEDELLÍN, 1°. (Por Jaime González Restrepo). Con un manual de vuelo y una carta dirigida a una señora de apellido Sánchez, regresaron a Ciudad Bolívar dos baquianos que estuvieron en el cerro de San Nicolás, en donde se estrelló el avión FAC-661, el pasado 21 de enero.

Una comisión, encabezada por el sacerdote Ricardo Saldarriaga, logró llegar -después de vencer innumerables peligros- al sitio en donde se estrelló la nave de SATENA, que dejó un saldo de 39 muertos, entre ellos el vicario apostólico de Buenaventura, monseñor Gerardo Valencia Cano.

Los campesinos que regresaron hoy a Ciudad Bolívar manifestaron a las autoridades que consideraban muy difícil el rescate de las víctimas del accidente. “Los cadáveres y el avión están totalmente destrozados”. “Hay que descender por lo menos ochocientos metros”, manifestaron los baquianos al alcalde de Ciudad Bolívar.

Los campesinos y el padre Saldarriaga, párroco del corregimiento de Farallones, lograron llegar al mediodía de hoy a ese inhóspito lugar antioqueño. El arribo a la cima del risco se produjo después de más de cinco días de camino, por espesa selva y afilados despeñaderos, que rodean el atrevido cerro que se encuentra a trece mil quinientos pies de altura.

El avión de Satena FAC-661, al mando del mayor Juan Eduardo Lozano Delgadillo, se precipitó sobre el Cerro de San Nicolás cuando cumplía el itinerario Medellín-Quibdó-Buenaventura. La Fuerza Aérea Colombiana había informado de que se consideraba imposible el rescate de las víctimas a través de sus helicópteros y por lo tanto hoy suspendió toda clase de operaciones.

No obstante, varias comisiones terrestres se integraron en los últimos seis días y una de ellas, bajo la dirección de un sacerdote, arribó al mediodía de hoy al lugar, según informaron las autoridades.

Emergencia

Esta noche se indicó que tres pilotos de la FAC que volvieron a sobrevolar la zona del desastre informaron al gobernador que se vieron obligados a hacer un aterrizaje incómodo para rescatar a varios miembros de una de las comisiones que desde hace varios días había salido desde Betania y Ciudad Bolívar, rumbo al Cerro de San Nicolás.

Uno de ellos tenía un pie roto y otro estaba a punto de fallecer, por el hambre y el frío. Los técnicos de la Fuerza Aérea manifestaron que era totalmente inútil realizar esa operación, ya que los helicópteros, inclusive el más moderno, no podía realizar vuelos estacionarios en ese lugar. El alcalde de Ciudad Bolívar informó esta noche que a esa localidad habían llegado dos de los integrantes de la comisión que estuvo en el Cerro de San Nicolás.

El funcionario manifestó que los baquianos trajeron, como pruebas, un manual de vuelos y una carta que estaba dirigida a una señora Sánchez, residenciada en Lloró, Chocó, y que al parecer la llevaba uno de los pasajeros de ese fatídico vuelo.

Reconocen sacerdote

Según la declaración del alcalde, los guías reconocieron solamente el cadáver de un sacerdote, ya que se encontraba parte de lo que era una sotana.

“Los baquianos me señalaron que no se podían identificar los otros cadáveres, ya que quedaron destrozados”.

Asimismo, se informó que los restos del avión quedaron prácticamente pulverizados al estrellarse contra una de las paredes del Cerro de San Nicolás.

A 800 metros

Los restos de las víctimas del avión están aproximadamente a ochocientos metros debajo de la cima, “por lo cual es sumamente difícil rescatarlos”.

“El avión, después de estrellarse, se quemó según se puede observar en algunas partes medio identificables”, agregaron.

Al mandatario se le preguntó si era posible llegar hasta ese sitio, a lo cual respondió:

“Lo que me indican es que los restos están en una especie de hondonada”.

Sin provisiones

El resto de los integrantes de la comisión se encuentran escasos de alimentos y de equipos para permanecer en el Cerro de San Nicolás, en donde constantemente llueve.

“Esa gente tiene frío, hambre y puede correr un grave peligro”, dijeron los dos baquianos.

Los integrantes de la comisión trataban de buscar un sitio en donde se pudiera construir un helipuerto, para que de esa manera se pudieran rescatar los cadáveres. El principal problema que atraviesan los integrantes de la comisión es la baja temperatura que reina en el lugar, que llega hasta los cinco grados bajo cero en las horas de la noche.

Por su parte, la empresa SATENA señaló que tan pronto se tenga una confirmación oficial sobre el arribo de la comisión terrestre al lugar donde se estrelló el avión, la entidad prestará, como siempre lo ha hecho, su colaboración.

El coronel Osiris de L. Maldonado, gerente de SATENA, expresó que había recibido confirmación oficial sobre la llegada de los comisionados. Asimismo, la Defensa Civil negó, según un informe conocido en Bogotá, que una comisión hubiera llegado hasta el lugar donde se estrelló el FAC-661.

“Carece de fundamento la versión según la cual se hubieran recogido documentos del accidente. Es muy difícil llegar al cerro donde se accidentó el avión y es difícil creer estas versiones”, señalaron varios pilotos al gobernador de Antioquia, a quien le explicaron claramente lo accidentado del terreno, dijo un alto funcionario de la Defensa Civil.

Comunicado

MEDELLÍN, 1. (Por Jaime González Restrepo). En un comunicado que expidió esta noche el gobernador de Antioquia se indica que no hay nada en concreto respecto a los informes que se suministraban sobre una comisión que había llegado hasta el sitio en donde se estrelló el avión de SATENA.

El mandatario seccional manifestó que los informes que se tenían hasta el momento eran muy fragmentarios y dispersos. “No hay nada oficial”.

En el comunicado se indica que el gobierno y las Fuerzas Armadas no tomarán ninguna determinación hasta tanto no se confirmen los informes que se suministraban desde Ciudad Bolívar y Betania. Se indica igualmente que mañana miércoles se realizará una reunión entre el gobernador Diego Calle Restrepo y el comandante de la IV Brigada, general Velásquez Carrillo, par adoptar la medida que se requiera. Durante esa reunión se analizarán los informes que desde diferentes fuentes suministraban sobre el arribo de una comisión terrestre al sitio donde se estrelló la nave.

A través de una emisora local, el gobernador Calle Restrepo expresó que era absolutamente imposible llegar al sitio exacto del accidente.

“Sin embargo, manifestó el mandatario seccional, trataremos de llegar al sitio de los acontecimientos para que se comprueben los datos que comunicaba una comisión terrestre”.

Finalmente, Calle Restrepo descartó nuevamente la posibilidad de construir un helipuerto cerca al lugar donde ocurrió el percance aéreo.

3 de febrero de 1972

Helicóptero aterrizó en sitio del siniestro

FARALLONES, Antioquia, 2. (Por Jorge Parga, enviado especial). En una prodigiosa maniobra, el helicóptero 247 de la FAC, -al mando del teniente Betancur- logró aterrizar, a las 4:47 minutos de la tarde, a solo 50 (no confirmado, sección ilegible del periódico) metros del sitio donde están esparcidos los cadáveres y chatarras calcinadas del avión 661 de SATENA, que se estrelló hace doce días en el cerro de San Nicolás.

La hazaña del piloto colombiano se efectuó 36 horas después de que las propias autoridades habían asegurado que era “totalmente imposible intentar llegar por vía aérea, hasta el empinado y peligroso cerro de paredes verticales”.

El teniente Betancur regresó, hacia las 6 de la tarde, hasta este corregimiento del municipio de Ciudad Bolívar, donde están concentradas centenares de personas venidas desde varias partes de Antioquia, Chocó y Buenaventura, con el propósito de colaborar en el rescate de los familiares que perecieron en el accidente aéreo.

Solo unos metros…

Esta noche, el padre Correa, párroco de este municipio, entregó a EL TIEMPO dos irrebatibles documentos enviados por el sacerdote Ricardo Saldarriaga, quien, junto con Antonio Zapata y siete vaquianos, avistaron ayer los restos del avión.

Aníbal Zapata campesino región Farallones del Citará
Antonio Zapata, a la izquierda, fue el primer baquiano que avistó el avión de Satena, que se estrelló hace doce días. A la derecha, un pantalón de mujer que fue encontrado intacto, junto con otros objetos de varios de los pasajeros del aparato trágico. (Telefoto EL TIEMPO, de Jorge Parga).

En el espacio en blanco de una cajetilla de Cigarrillo “Pelirroja”, el padre Saldarriaga escribió lo siguiente para el sacerdote Correa:

“Padre Hernán: Lo saludo cordialmente. Estamos bien. Todos estamos tratando de escalar para llegar al sitio, que está a solo unos metros. Rescataremos a Monseñor Valencia. Necesitamos colaboración, alimentos y un helicóptero. Está haciendo mucho frío… y no podremos hacer nada”.

En otro espacio en blanco del papel celofán de la misma cajetilla, el religioso agrega:

“Padre Correa: Le pido el favor de reemplazarme en la misa vespertina, el domingo… Adiós.
Ricardo”.

El padre Correa entregó esta misma noche a este reportero gráfico de EL TIEMPO una carta lacrada, dirigida al sacerdote Saldarriaga y en la cual consigna sus felicitaciones al religioso por su “extraordinario valor”.

La misiva será entregada mañana jueves, cuando en un helicóptero de la FAC -que transportará a los enviados de este diario- llegue hasta el propio sitio del desastre, para iniciar el rescate de las víctimas. “Hay que destacar -dijo el padre Correa- la fortaleza del sacerdote Saldarriaga y del grupo de baquianos que lo acompaña, quienes han logrado sobrevivir a punta de confites, que ha sido, en las últimas horas, su único alimento. A ellos y más que a nadie, se debe el que, gracias a Dios, hayamos logrado encontrar los restos de esa desafortunada gente y los de Monseñor Valencia Cano”.

Romería

Un frío penetrante sacudía esta noche a esta apartada población de Antioquia, que se había convertido en centro de una inusitada romería. El gobernador, Diego Calle Restrepo, así como su secretario de Gobierno, y el comandante de Policía, llegaron hasta Ciudad Bolívar, para ponerse al frente de las labores de rescate e identificación de los cadáveres, que deben ser traídos desde mañana miércoles aquí, para ser conducidos posteriormente a Medellín y de allí a sus lugares de origen.

Columnas de humo

Por su parte, EL TIEMPO logró establecer que por lo menos una decena de comisiones han salido desde aquí con destino al lugar de la tragedia, y que sus comunicaciones se realizan a través de columnas de humo, al estilo de los indios Siuix. Dos técnicos en asuntos de radio, así como miembros de la red de emergencia de la Liga Colombiana de Radioaficionados, están colaborando en la tarea de facilitar las comunicaciones.

“Habrá rescate total”

FARALLONES, 2. (Del enviado especial, Harvey Ocampo). Todos los cadáveres de los pasajeros del avión DC3-661 de Satena, estrellado en el cerro de San Nicolás, a 12.500 pies de altura, serán rescatados, declaró a EL TIEMPO, único periódico que estaba representado en este sitio, el gobernador de Antioquia, Diego Calle Restrepo.

El mandatario, quien llegó acompañado del comandante de la Cuarta Brigada, manifestó: “Todos los cadáveres son reconocibles, a pesar del destrozo que presentan algunos”. Calle Restrepo reiteró que “el rescate será bastante difícil debido a las condiciones del terreno, pero se hará hasta lo imposible para recobrar las víctimas de este siniestro”.

El gobernador, junto con el Comandante de la Cuarta Brigada, estuvo sobrevolando toda la zona del cerro de San Nicolás, para ubicar los sitios en donde se establecerán puestos de auxilio para las comisiones de rescate de los cadáveres. El mandatario envió esta tarde una carta de felicitación al sacerdote Ricardo Saldarriaga, quien comandó la comisión que logró llegar hasta lugar cercano al sitio de la tragedia.

En la misma misiva Calle Restrepo consigna algunas instrucciones para que se inicie enseguida la construcción de un helipuerto en el sitio más propicio y cercano al del accidente. La carta fue enviada por el gobernador en un helicóptero que transportó a los baquianos Serafín Muñoz y Orfenio Londoño, quienes se unieron a la patrulla del padre Saldarriaga.

Los cuerpos de los ocupantes del DC3 661 serán bajados hasta el pie de la montaña por medio de cables y de allí transportados, en helicópteros de dos puestos, únicas máquinas que puedne llegar hasta el peligroso cerro de San Nicolás.

Los cables serán llevados esta misma noche desde Medellín, en vehículos oficiales, para luego transportarlos hasta el lugar más cercano de la tragedia en helicópteros. Para ascender desde el sitio en donde se encuentra la comisión, hasta el cerro de San Nicolás, utilizando los cables, se gastarán más de tres horas.

Las informaciones suministradas por los baquianos en este apartado lugar indican que la comisión comandada por el sacerdote Ricardo Saldarriaga, se encuentra en dificultades, debido a la carencia de alimentos y drogas. Por tal situación, el gobernador Calle Restrepo ordenó que de inmediato se transportaran tales elementos de helicópteros de la FAC.

Se anota que el sacerdote Ricardo Saldarriaga es un veterano en estas faenas, por cuanto fue el primero en llegar hasta el lugar en donde se estrelló la avioneta del industrial Omar Trujillo, en el cerro de “Los Monos”.

Los baquianos entregaron como pruebas de su hallazgo los siguientes elementos: una chequera del Banco del Comercio, cuyo propietario no ha sido identificado, una cédula de Arturo Paz Ramírez; varios accesorios del avión, entre ellos un par de audífonos, un cuchillo de propiedad del mayor Juan Eduardo Lozano Delgadillo, piloto del avión, marcado con su rango y con la inscripción: Piloto de la FAC y con una pequeña brújula incrustada y una carta, de la cual dio cuenta EL TIEMPO, enviada a una dama del municipio de Lloró, en el departamento del Chocó.

Intactos, restos del Obispo

FARALLONES, 2. (Del enviado especial, Harvey Ocampo). El cadáver de monseñor Gerardo Valencia Cano, vicario apostólico de Buenaventura, será el primero en ser rescatado. El cadáver de monseñor Valencia Cano fue reconocido por una incrustación de oro en su dentadura, una coronita de la Virgen y su habitual uniforme de dril azul.

El cuerpo se encuentra intacto y solo presenta algunas heridas en la cabeza y parte izquierda de la cara. Probablemente el cadáver de monseñor Valencia Cano sea rescatado y llevado esta misma noche o en la madrugada de mañana hasta Ciudad Bolívar, para luego ser enviado a Medellín y finalmente a Buenaventura, en donde será sepultado.

Varios misioneros que estuvieron en el lugar cercano a donde se encuentran diseminados los cuerpos de las víctimas y los escombros del avión de Satena, informaron que el padre Ricardo Saldarriaga recuperó un maletín que llevaba monseñor Gerardo Valencia Cano, con documentos importantes.

Amarrado

FARALLONES, 2. (Del enviado especial, Harvey Ocampo). – “Vea señor, para llegar hasta el sitio en donde están los cadáveres, se tiene que subir amarrado con cuerdas y sin mirar para abajo”, dijo a EL TIEMPO el campesino Antonio María Zapata, baquiano de la región y quien estuvo con la comisión.

Ese es un peñasco empinao y que parece salido del infierno. Uno mira pa’bajo, aunque esté amarrao y ahí mismito le da a uno el mareo u vértigo que llaman”, recalcó el campesino.

Más adelante informó que para llegar hasta el sitio, los integrantes de la comisión debieron hacer muchos esfuerzos, pasar por muchos peligros, pues se trata de una zona muy escarpada, con terreno fangoso y en ocasiones deleznable.

Sí hubo sobrevivientes

MEDELLÍN, 2. (Por Jaime González Restrepo). En el accidente del DC-3 661 de Satena hubo sobrevivientes, pero luego murieron en lugares cercanos al sitio donde cayó el avión. La información fue transmitida a las autoridades del municipio de Bolívar por varios de los baquianos que lograron llegar hasta el lugar del siniestro, a 12.500 pies de altura. Javier Vásquez transmitió tal versión a Todelar de Medellín, en donde se conserva la grabación magnetofónica.

De acuerdo con la versión, los campesinos que llegaron hasta el lugar más pendiente y peligroso del cerro de San Nicolás, informaron que vieron una monja recostada contra un árbol, con un brazo cercenado y quien al parecer pudo arrastrarse hasta ese sitio, en donde falleció, debido a la gravedad de las heridas y a las dificultades climáticas que tuvo que afrontar en su agonía.

Elementos recuperados

Los baquianos que han regresado al municipio de Bolívar después de haber llegado hasta el lugar del accidente, en una roca perpendicular del cerro de San Nicolás, en los farallones del Citará, como prueba han entregado numerosos elementos pertenecientes a las víctimas de la tragedia.

Los campesinos Gildardo Ortiz, Rafael Rodríguez, Néstor Taborda y Efraín Muñoz llevaron a Bolíar, desde el lugar del accidente, los siguientes artículos: unos bluyines amarillos, un pantalón de baño, una toalla, mapas con rutas aéreas, seguramente de propiedad del piloto, lápices quemados, un estuche de gafas, unas medias de fútbol, un NIT con el número 61015, perteneciente a Arturo Paz Ramírez, una tarjeta de Moisés Castillo y una fórmula expedida por el Centro Médico Universitario, al igual que un libro titulado “Las grandes líneas de la sicología cristiana”.

28 hombres

Los baquianos que regresaron a Ciudad Bolívar en las últimas horas, informaron que el sacerdote Ricardo Saldarriaga, párroco del corregimiento de Farallones, se encuentra en el sitio del accidente con 28 hombres.

Agregaron que de solo Farallones salieron 22 hombres y que hasta el momento han regresado ocho con informaciones. El sacerdote Liborio López, misionero de Buenaventura, también se encuentra en la comisión que comanda el cura Saldarriaga. Esta mañana salió otra partida, guiando a dos ingenieros, cuyos nombres no fueron revelados.

Los campesinos que lograron llegar hasta el sitio del siniestro aéreo informaron que desde Farallones a ese lugar hay 18 horas de camino. Dijeron a las autoridades que desde el helipuerto construido en el cerro de los Monos, para rescatar el cadáver del industrial Omar Trujillo, hay seis horas de camino.

Cadáver de Monseñor

De acuerdo con las mismas informaciones suministradas por los baquianos, el cadáver de Monseñor Gerardo Valencia Cano se encuentra intacto y solo presenta una herida en la parte izquierda de la cara. Los demás cadáveres, a excepción de la monja que murió recostada en un árbol, están totalmente destrozados.

Los campesinos que hicieron parte de la comisión organizada por el párroco de Farallones que lograron llegar hasta el sitio de accidente del avión de Satena y que regresaron con informes son los siguientes: Gildardo Ortiz, Rafael Rodríguez, Arnulfo Ortiz, Nulo Duque, Pedro Vargas, Napoleón Vargas, Manuel Vargas, Carlos Gómez, Manuel Cartagena, José María Barrera y Juan de Dios Barrera.

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